Le Folie es una revista cultural, con contenido inédito de literatura, poemas, relatos, fotografía, reseñas editoriales, reseñas teatrales, ensayos y mas. También proveyendo Servicios Editoriales.
Gabriela Clara Pignataro (1985, Buenos Aires) escribe, es actriz y fotógrafa. En 2013 estrenó su ópera prima de experimentación teatral biodramática en C.C.Matienzo “Archivo Emocional Desclasificado”. Publicó La última oleada se llevó todo menos esto (Editorial Subpoesía 2013), Eso que no se parte es una respuesta (Difusión A/terna 2014), Muta (Nulu Bonsai 2014), Floresta (LFS 2015), Esto pasa: Poesía en Buenos Aires. Antología (Llanto de Mudo 2015), “Formas de lo invisible. El espectro como cuestión estético-política”(Karmacorp Ediciones, 2017), Tundra (Añosluz Editora, 2018), Tranço cabelo cai um raio(Benfazeja Editorial 2018). Lleva adelante con la directora de teatro Daniela Tuvo, el proyecto documental-audiovisual BORDER/IN, sobre procesos de migración forzada.
Se encuentra trabajando en Proyecto «La belleza random de los días» de investigación fotográfica analógica y en su primera novela. Su poesía fue traducida al francés y al portugués.
Se forma en la Lic. En Artes Combinadas en FFyL y en la Tecnicatura en Pedagogía y Educación Social en ISTLyR. Integrante del grupo de investigación Figuras de lo invisible (PRIG, FFyL, UBA) en torno a visualidades contemporáneas y representaciones estético-políticas.
En 2017, fue seleccionada en la convocatoria de Escritores de Bienal Arte Joven Buenos Aires con su poema El lapacho es la imagen de la furia. Participó del Encuentro Iberoamericano de Jóvenes Escritores en La Feria del Libro de La Habana 2018.
Mientras el viento toca mi pelo, intento adecuarme a este nuevo envase.
Me asomo a ver el agua.
En el reflejo, aparece una silueta con cuerpo de pez.
Pasa rápidamente.
Se esconde entre las algas.
Cae la noche.
Veo el majestuoso mantel estrellado.
Trato de pensar cuántas hay: sin cuenta.
Como no puedo descansar, me intriga saber el color que toma el mar en lo profundo de la noche.
Vuelvo a ver la figura.
Me acerco un poco.
Bajo la cabeza.
Escucho una canción que viene de lejos.
Es ¨Love will tear us apart¨, de Joy Division.
Mientras la tarareo, un chorro de agua emerge de las profundidades.
El estruendo es igual a la erupción de un volcán.
La lava marina contiene una sirena.
Al verla, me doy cuenta que tiene mi rostro femenino.
Sonríe cómplice.
Me saca a bailar.
Imitamos las formas de Ian Curtis, ya que, después de todo, nacimos el mismo día
Y sufrimos del mismo mal.
¡Qué bueno que mi otra mitad me entienda!
Pero al poco tiempo, ella pierde el control.
Se me abalanza.
Tiene hambre. Intento detenerla pero no cede.
Su cara se transforma.
Se hace diabólica.
Vuelvo a mi forma original.
Mi ser brilla con luz divina.
La agarro del cuello.
Se lo exprimo hasta dejarla muda.
Sin su único instrumento de supervivencia, decide suicidarse en el único lugar
Que conoce, su hogar y su tumba.
Luego de tirarse, vuelvo a ver el agua.
Veo mi rostro luminoso, pleno,
Desencantado, dual.
Se cumplió mi deseo: volver a estar entera.
Magali Díaz Moreno(1985, Buenos Aires) Desde muy temprana edad, tuvo avidez y fascinación por la lectura. A los seis años descubrió el animé japonés, el humor inglés, las predicciones de Horangel y la mitología griega. Escribió todo tipo de textos desde que aprendió a hacerlo. Estudió algo de Publicidad para darse cuenta que ser creativo es un arte y no un comercio. Se recibió un buen día de Letras y actualmente se encuentra haciendo la carrera de astrología y perfeccionándose en el Tarot y otras terapias holísticas. Recita poesía en diferentes ciclos y escribe sobre astrología, moda y mitología nórdica para diferentes medios de comunicación digital. Hace poco empezó a coordinar Cabaret del Deseo, sesiones de arte y poesía erótica en la casa Cultural Avalon, por Villa Crespo.
en el que todo es blanco, el suelo arcilloso y blanco,
con algún resto de agua de lluvias anteriores,
y quizás, más abajo, enterrado,
el esqueleto de un animal inmenso
que podría devorarnos con facilidad.
Pero en el horizonte, el tono es apacible,
papel de calcar acuarelado, blanco transparentado
por la vastedad del planeta y la hora en la que transitamos
este lugar, este gran vacío de la civilización.
Parpadeá. Bien, ahora parpadeá otra vez.
¿Qué hay ahí? ¿Qué es lo que ves?
El refrán dice: “Comience por vaciarse de color,
comience por vaciar sus ojos”.
Sería bueno que dejes atrás los zapatos,
que sientas el suelo ligeramente húmedo
mientras caminás, mientras te adentrás
en la solidificación del color blanco y sus variables
en el cielo, en el entorno, en todo
lo que alcanza a reconocer la vista.
Sí, eso está bien.
Blanco y más blanco
y, más allá, más blanco.
3
El tiempo deriva en cuerpos delgados
que habitan en papel delgado,
esqueletos de sardinas opacas,
flores del libro botánico de Dickinson,
el esqueleto de los antiguos egipcios,
todos impregnados en pigmento oscuro,
en un constante perfil,
en un perfil permanente, otorgado a la posteridad.
(Un pequeño cosmos,
un pequeño sistema
de momias, peces y flores,
todo en un simple plano de papel.)
Cuerpos delgados interlaminados
en el papel delgado,
radiografías, improntas por otros medios,
a partir de otros materiales.
4
Los griegos lo llamaron aceite de rocas.
Se referían
a las toneladas de plantas aplastadas, oscurecidas, convertidas
en un caldo espeso, aceite rica en toxinas –la bebida
de la maquinaria que impulsa nuestras economías.
(Algas oscuras machacadas,
transportadas en barriles de uno a otro lado del océano
o extraídas del territorio
para la superficie de la producción.)
Vegetación oscura y liquidificada
se deshilacha en nervaduras extendidas,
se las diagrama
sobre un pizarrón brillante, oleico.
Extracto del libro «Una percepción binaria del color», editado por la Editorial Municipal de Rosario, que obtuvo una mención en el concurso nacional de poesía en el 2017.
Jonás Gómez (1977, Buenos Aires en 1977). Estudió dibujo y pintura en el Centro de Artes y Oficios CEAVAO. Participó en la antología “Si Hamlet duda le daremos muerte” (De la talita dorada, La plata, 2010) y en el proyecto Híbridos (2012), que reunió a escritores, actores y dramaturgos para una puesta de improvisación teatral. Editó “Equilibrio en las tablas” (Mansalva, 2010), primer premio Indio Rico en el género poesía, “El dios de los esquimales” (Ediciones Diatriba, Santa Fe, 2011), “Planos para construir dos ciudades” (Mancha de aceite, 2012), “No hubo un mejor tiempo que este” (plaqueta de Difusión Alterna Ediciones, 2013), “Calendario de siembra” (Barba de abejas, 2014), “Venga a nosotros el reino de las estrellas” (El ojo del mármol, 2015) y “Economías hídricas” (El ojo del mármol, 2016). En el 2017 obtuvo un mención en el Concurso de poesía de la Editorial Municipal de Rosario con su libro “Una percepción binaria del color” (EMR, 2018) y el tercer premio del Fondo Nacional de las Artes en género cuento con el libro “El poder infinito de los cuerpos” (inédito).
En el 2018 publicará en la editorial Virus (Chile) una versión ampliada de “El dios de los esquimales”.
Hasta la capilla de San Ignacio, luego freno para comprar
dos porciones de tarta en el local de comida pesada
por el chino, escarbadientes en la boca y lleno de cicatrices
72 pesos, sé que no hice mi mejor negocio.
No importa. Rompo el nailon tibio y vaporoso.