«Una percepción binaria del color» (EMR) selección de poemas, por Jonás Gómez

 

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1

Antes de emprender un gran viaje

es necesario

vaciar el cuenco, limpiar la mirada y el paladar.

 

Es conveniente viajar liviano

para traer de vuelta

las enseñanzas y objetos relevantes

que se encuentran al alcance, para ser tomados

por manos decididas y veloces.

 

Una extensa caminata, eso es,

a la zona blanquinegra

con la intención

de señalar algunas imágenes, algunos cruces

casuales o forzados por la voluntad.

 

Pero, para ser precisos, el recorrido ya comenzó

mucho antes, antes de esta partida,

en la escritura y en el dibujo se manifiesta

el primero de esos encuentros

de lo oscuro

sobre la superficie clara.

 

2

Sería bueno que te descalces.

Estamos acá, en este amanecer

en el que todo es blanco, el suelo arcilloso y blanco,

con algún resto de agua de lluvias anteriores,

y quizás, más abajo, enterrado,

el esqueleto de un animal inmenso

que podría devorarnos con facilidad.

 

Pero en el horizonte, el tono es apacible,

papel de calcar acuarelado, blanco transparentado

por la vastedad del planeta y la hora en la que transitamos

este lugar, este gran vacío de la civilización.

 

Parpadeá. Bien, ahora parpadeá otra vez.

¿Qué hay ahí? ¿Qué es lo que ves?

El refrán dice: “Comience por vaciarse de color,

comience por vaciar sus ojos”.

 

Sería bueno que dejes atrás los zapatos,

que sientas el suelo ligeramente húmedo

mientras caminás, mientras te adentrás

en la solidificación del color blanco y sus variables

en el cielo, en el entorno, en todo

lo que alcanza a reconocer la vista.

 

Sí, eso está bien.

Blanco y más blanco

y, más allá, más blanco.

 

 

3

El tiempo deriva en cuerpos delgados

que habitan en papel delgado,

esqueletos de sardinas opacas,

flores del libro botánico de Dickinson,

el esqueleto de los antiguos egipcios,

todos impregnados en pigmento oscuro,

en un constante perfil,

en un perfil permanente, otorgado a la posteridad.

 

(Un pequeño cosmos,

un pequeño sistema

de momias, peces y flores,

todo en un simple plano de papel.)

 

Cuerpos delgados interlaminados

en el papel delgado,

radiografías, improntas por otros medios,

a partir de otros materiales.

 

 

4

Los griegos lo llamaron aceite de rocas.

Se referían

a las toneladas de plantas aplastadas, oscurecidas, convertidas

en un caldo espeso, aceite rica en toxinas –la bebida

de la maquinaria que impulsa nuestras economías.

 

(Algas oscuras machacadas,

transportadas en barriles de uno a otro lado del océano

o extraídas del territorio

para la superficie de la producción.)

 

Vegetación oscura y liquidificada

se deshilacha en nervaduras extendidas,

se las diagrama

sobre un pizarrón brillante, oleico.

 

Extracto del libro «Una percepción binaria del color», editado por la Editorial Municipal de Rosario, que obtuvo una mención en el concurso nacional de poesía en el 2017.

04 UNA PERCEPCION BINARIA DEL COLOR

 

Jonás Gómez (1977, Buenos Aires en 1977). Estudió dibujo y pintura en el Centro de Artes y Oficios CEAVAO. Participó en la antología “Si Hamlet duda le daremos muerte” (De la talita dorada, La plata, 2010) y en el proyecto Híbridos (2012), que reunió a escritores, actores y dramaturgos para una puesta de improvisación teatral. Editó “Equilibrio en las tablas” (Mansalva, 2010), primer premio Indio Rico en el género poesía, “El dios de los esquimales” (Ediciones Diatriba, Santa Fe, 2011), “Planos para construir dos ciudades” (Mancha de aceite, 2012), “No hubo un mejor tiempo que este” (plaqueta de Difusión Alterna Ediciones, 2013), “Calendario de siembra” (Barba de abejas, 2014), “Venga a nosotros el reino de las estrellas” (El ojo del mármol, 2015) y “Economías hídricas” (El ojo del mármol, 2016). En el 2017 obtuvo un mención en el Concurso de poesía de la Editorial Municipal de Rosario con su libro “Una percepción binaria del color” (EMR, 2018) y el tercer premio del Fondo Nacional de las Artes en género cuento con el libro “El poder infinito de los cuerpos” (inédito).

En el 2018 publicará en la editorial Virus (Chile) una versión ampliada de “El dios de los esquimales”.

 

 

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